La enfermedad de Newcastle está causada por cepas virulentas de un paramixovirus, el cual es capaz de infectar más de 200 especies de aves, pero la gravedad de la enfermedad causada depende de cuál sea el huésped y la cepa del virus.
La Enfermedad del newcastle está sometida a un control oficial en la mayoría de países y es un virus muy fácil de propagarse desde el laboratorio; de ahí la necesidad de mantener las medidas adecuadas de bioseguridad y seguridad humana; para determinar el grado necesario de tales medidas es preciso llevar a cabo una evaluación de riesgo.
CAUSA Y VIRULENCIA
La enfermedad de Newcastle es causada por un virus. Esta enfermedad puede manifestarse de diferentes formas:
- Baja virulencia (lentogénicos)
- Virulencia moderada (mesogénicos)
- Alta virulencia (Velogénicas)
Especies afectadas y huéspedes naturales
Son susceptibles muchas especies de aves tanto domésticas como salvajes. Las gallinas son las aves de corral más susceptibles, mientras que los patos y gansos son menos susceptibles.
¿Cómo puede afectar la Enfermedad de Newcastle a una parvada o lote?
El virus de Newcastle puede entrar a una granja avícola de varias formas: De ave a ave es mediante aerosoles expirado por animales infectados, que a dos días después de la exposición al virus y a un día de mostrar signos clínicos, empieza a eliminar el virus durante varios días. Las secreciones nasales contienen altas concentraciones de virus.
- El agua de bebederos comunales. Formas de importación y diseminación del virus a otras granjas como son las vacunas contaminadas con cepas virulentas de campo, aves importadas portadoras y eliminadoras asintomáticas del virus, alimentos contaminados con órganos contaminados o tejidos de pollos infectados.
- Contaminación del agua. Equipo avícola.
- Introducción del virus a una granja mediante el tránsito de pájaros, perros, personas y o vehículos no controlados sanitariamente.
Período de Incubación:
En la exposición natural se ha observado un periodo de incubación que varía de 2 a 15 días con un promedio de 5 a 6 días.
Signos clínicos:
Las características clínicas de la ENC estarán determinadas por la interacción entre la susceptibilidad del hospedero y la patogenicidad de la cepa del virus infectante, puede manifestarse con un cuadro clínico de muerte repentina con un 80 a 90% de mortalidad, o con un cuadro de gravedad media hasta la enfermedad subclínica.
Los signos clínicos que se pueden observar son:
Dificultad respiratoria con estornudos, boqueo, descarga mucosa nasal, diarrea, disminución drástica de la postura, decaimiento, edema facial de la cabeza y barbillas, trastornos nerviosos con tortícolis, opistótonos, incoordinación de movimientos, parálisis de piernas o alas y muerte.
Patología:
Las alteraciones patológicas más importantes producidas pueden ser:
Hemorragias petequiales y/o equimóticas en el proventrículo, el intestino y las tonsilas cecales, que caracterizan a la infección aguda y fatal. Congestión de la mucosa traqueal, traqueítis catarral con exudado mucoso, signos nerviosos, infección respiratoria aparente.
Diagnóstico diferencial:
Se deberá establecer un diagnóstico diferencial con la siguientes enfermedades: Influenza aviar, Cólera aviar, Laringotraqueitis Infecciosa aviar, Psitacosis, Viruela aviar (Diftérica), Bronquitis infecciosa, Micoplasmosis.
Diagnóstico de laboratorio:
La prueba de inhibición de la hemoaglutinación (HI) es la más ampliamente utilizada en la serología de la Enfermedad del newcastle; su relevancia en el diagnóstico depende del estado inmunitario vacunal de las aves a analizar y de las condiciones predominantes de la enfermedad.
Tratamiento
Se ha manifestado en la parvada de un establecimiento avícola, no existe ningún tratamiento específico aplicable; sin embargo, puede lograrse alguna recuperación significativa de las aves realizando algunas prácticas zootécnicas que eviten cualquier causa de estrés en la parvada, asegurando además el control adecuado de la ventilación y de los cambios de temperatura en las casetas de cría intentando en lo posible las mejores condiciones ambientales favorables a la recuperación de la parvada enferma.
Vacunaciòn
Dependiendo de la situación de la enfermedad y de los requisitos nacionales, se emplean virus vivos de baja virulencia (lentogénicos) o de virulencia moderada (mesogénicos) para la vacunación de aves de corral. También se utilizan vacunas inactivadas y vacunas vectorizadas recombinantes. Las vacunas vivas se pueden administrar a las aves por diversas vías. Normalmente se preparan mediante la extracción de líquidos alantoideos/amnióticos infectados procedentes de huevos embrionarios inoculados; algunas se preparan a partir de cultivos celulares infectados. El producto final debe derivar de la propagación de los inóculos original y de trabajo. Las vacunas inactivadas se administran por vía intramuscular o subcutánea. Habitualmente se obtienen mediante la adición de formaldehído a preparaciones víricas infectivas o mediante tratamiento con beta-propiolactona. La mayoría de vacunas inactivadas se preparan para ser utilizadas mediante una emulsión con aceite vegetal o mineral.
Zoonosis
La Enfermedad de Newcastle es una epizootia zoonósica: Es decir que los seres humanos pueden ser afectados si están en contacto con ciertos subtipos del virus, la afección principal se da a nivel de las conjuntivas de los ojos al realizar vacunaciones por aspersión y no contemplar las medidas de bioseguridad y protección personal adecuadas.
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